La responsabilidad afectiva se trata de esto:

¿Cuántas veces has hecho algo que no querías por no saber decir que no? ¿Cuántas veces habremos hecho daño a otra persona por no haber comunicado bien el mensaje? ¿Y al revés? ¿Cuánto dolor hemos sentido porque otra persona no ha sabido decir las cosas con las palabras correctas? Si todxs aprendiéramos a comunicarnos de una forma saludable y empática ¿Cuánto dolor ahorraríamos a los demás? ¿Cuántos malentendidos? Aprender a tratar a las personas con responsabilidad afectiva, nos evitará situaciones que no queremos y causaremos menos dolor.

La comunicación es la base 

La comunicación es la base de cualquier relación interpersonal. Pues, en una buena relación, ya sea de amistad, pareja,  de trabajo, familia, etcétera, es muy importante que podamos decir aquello que pensamos, sentimos, preferimos, aquello que no nos gusta… Es importante que, el mensaje siempre debe decirse teniendo en cuenta cómo afectara a la otra persona y sobre todo debemos preguntarnos ¿Lo podría decir mejor de otra forma? Si es así, mejor recapacita y dilo de la mejor manera, y si ya lo has dicho, será mejor que vuelvas a decirlo de una forma más correcta. Siempre hay alguna forma de decir las cosas que duela lo menos posible a su receptor.   

Esto es responsabilidad afectiva

Cuando hablamos de esta forma de comunicarnos nos referimos a la responsabilidad afectiva. Es decir, la responsabilidad afectiva se basa en reconocer y aceptar el impacto que generas en otra persona al relacionarte. Pues, una parte de ese impacto depende de las expectativas y experiencias previas de la otra persona. Eso significa que, los demás también son responsables de las expectativas que depositan en ti y eso no es tu responsabilidad. Por lo tanto, cada uno debe tener una visión realista de las relaciones ya sea de amistad, pareja, trabajo, etcétera. En consecuencia, debemos actuar de una forma responsable a nivel afectivo con los demás pero no podemos controlar la visión que tienen los demás de nosotros. 

Crea vínculos sanos

La responsabilidad afectiva implica tener en cuenta cómo te muestras, la claridad con la que te comunicas, la honestidad de tus actos y la coherencia entre lo que dices y lo que haces. Te servirá para construir vínculos justos y equilibrados. Asimismo, implica tener en cuenta tu participación emocional en las relaciones y minimizar el daño que puedes causar en otra persona o en ti mismx. Por otro lado, la comunicación asertiva es uno de los elementos más importantes. 

Lo más importante, es entender que no hay que evitar el conflicto, el conflicto existe, es parte de la naturaleza humana. Dicho de otra manera, no hay que tener miedo, no hay que ser agresivos y se deben encontrar herramientas que nos permitan compartir nuestro punto de vista, desde el respeto. En otras palabras, el hecho de no estar de acuerdo no debe suponer un enfrentamiento o una situación incómoda. En definitiva, debemos dejar espacio al debate desde la serenidad, la confianza y el respeto mutuo con cualquier persona sea cual sea la relación que compartimos. 

 

Asertividad y Responsabilidad Afectiva

Por ejemplo, una persona que no actúa de forma responsable afectivamente probablemente dejará tirada a esa persona con la que había quedado o se inventará una excusa con el fin de evitar una situación incómoda al decirle que al final no le apetecía. En cambio, una persona responsable afectivamente comunicará de una forma respetuosa su deseo de cancelar la cita para que la otra persona no esté esperando sin respuesta. Otra situación, una persona que no es responsable afectivamente dejará de hablar a esa persona que ya no le gusta sin darle ninguna explicación. Al contrario, una persona responsable afectivamente entiende que el ghosting no es la mejor opción. Por lo tanto, comunicará a esa persona el motivo por el cual quiere acabar con la relación teniendo en cuenta cómo le va a afectar y usando las mejores palabras posibles. 

Gestionar mejor momentos difíciles

Ser responsable afectivamente nos ayudará a gestionar nuestras emociones de una forma mucho más eficaz. Asimismo, desarrollaremos la capacidad de la empatía y la asertividad, que pueden ser elementos claves en la estabilidad de nuestro desarrollo como personas. Una buena forma de mejorar nuestra responsabilidad afectiva podría ser recibiendo algunas sesiones de terapia (presencial u online) y de esta forma adquirir buenos hábitos comunicativos. 

La responsabilidad afectiva no nos salvará de no sentir dolor emocional nunca más. No obstante, sí que nos creará una base para gestionar mejor momentos y emociones difíciles, así como tendremos una mejor capacidad para acompañar a nuestras personas cercanas.

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